
Recordando cuando me fui de casa.
Evité a toda costa mirar atrás, evité también las despedidas, quería que mi último día en casa me recordasen alegre y risueña, como siempre he sido. Cambiaba constantemente de tema, enfocándolo en los atuendos que debería lucir, en banalidades que sirvieran de consuelo, que retuvieran el llanto que me ensordecía y asaba por dentro, estaba segura que explotarían mis sesos en cualquier instante.
Hasta mi perra lloró, tampoco quise darme la vuelta, dejando tras de mí un sendero de lágrimas ciegas.
En el aeropuerto, no pude evitar girar, vi las lágrimas de mi madre, menos discretas, sonreí, mi terquedad enajenada se confundió, quería llorar.
8 comentarios:
la verdad es que tu blog es un encanto de blog, de verdad
Son muy duras las despedidas. Las madres es lo que tienen, nos quieren mucho y por eso no son capaces de contener el llanto :)
Un besote!!!
Que momentos más difíciles cuando tiene uno que despedirse de sus seres queridos y además emprende sólo un camino que se hará más difícil todavía..
Pero tu mi niña fuiste muy valiente..
Un besote muy grandote y con todo mi cariño
Las despedidas siempre son tristes. Te comprendo muy bien, siempre las he llevado fatal, e intento que pasen lo más rápido posible, aunque el nudillo en la garganta no me lo quita ni Dios.
Besoss sin despedida
:-)
Despedirse...
es inevitable pensar en lo que se deja atras.
Si te vas es por alguna razon, todo estara bien, regresas a otro de tus lugares sin irte del primero.
gracias por pasar por mi blog.
un abrazote
las despedidas siempre son dolorosas. Pero siempre que sean beneficiosas , son indispensables, como el irse de casa...Todos pasamos por ello algun dia , y si , duele mucho.
encantada de conocer tu blog y con el tus escritos. Me chifla.
besos con sabor a sonrisas
"un sendero de lágrimas ciegas"
me gustó... mucho.
(Imagino que es genial jugar con ellas, decir que están cerradas, que caen como puños y como todas las verdades que callamos... Y se clavan igualmente...)
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