viernes, 12 de diciembre de 2008

Actitud para todo


No soy dada a publicar mis reflexiones rutinarias en el blog, pero esta en especial creo que debo darla a conocer.

El otro día en la línea 10 de Madrid, había un mendigo que esperaba el metro, sentado, bastante maltratado, desfigurado a causa de unas quemaduras que dolían a la vista y quemaban el alma, imaginando la agonía vivida.

En cuanto subió al metro, comenzó a llorar y a implorar ayuda, era demasiado, tanto que todos se quedaron petrificados, no sabía si de miedo o porque el grito desgarrador, empapado de pena congelaban toda acción posible. Nadie le ayudó, yo tampoco.

Cuando llegué a mi destino, había otro mendigo, un violinista, que tocaba y tenía una sonrisa maravillosa, como si no esperase nada de nadie, simplemente disfrutando de la música, tuve que devolverme, ¡Hizo que retrocediera!! Le di una moneda, su actitud alegre se contagiaba y nadie pasaba indiferente.

Con esto quiero decir, que muchas veces elegimos el papel equivocado, que se consigue más con una actitud que invite al entusiasmo, en vez de actitudes que arranquen dolor, pena o impotencia.

Les juro que iba a darle una moneda al primer mendigo, pero todavía no entiendo que la fuerza de su pena fuera tan enorme, al extremo de dejarme paralizada.
Da siempre gracias por todo, sonríe, aunque no seas capaz de ver las razones para ello, en nuestras actitudes se oculta el secreto del triunfo.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre se ha dicho que lo positivo atrae a lo positivo. Puede que el primer mendigo estuviera desesperado, pero es cierto que el segundo caso invita más a la ayuda, a mí me ha pasado aquí en mi ciudad.

Un besote!!

Nel dijo...

Una reflexión maravillosa.
Verdaderamente a menudo nos equivocamos de papel. Pensamos que quizá así nos quieran, nos cuiden... pero lo único que conseguimos es dar pena y que esa actitud contagie a los demás.
Si somos optimistas contagiaremos a la gente de nuestra alegría, y estarán con nosotros mucho más a gusto...

Siempre es bueno que estas cosas se nos recuerden de vez en cuando.


Por cierto, como hacía algún tiempo que no pasaba, aunque pude leer aprisa y corriendo tu anterior entrada, no comenté nada. Quería decirte que me encanta cómo te expresas. Atrapas.

Un abrazo bien fuerte.
Espero que todo te vaya bien.

El club de los Parados dijo...

Recuerdo Madrid, estuve viviendo alli bastantes años y has plasmado perfectamente lo que viste con tus ojos...parece que hubiesemos ido en ese vagon y nos hubisemos bajado en la misma estacion que tu...
Si sonries todo es mas facil...ese es mi lema.
Te dejo una invitacion a mi blog
Una sonrisa
Nos leemos ;-)

Anónimo dijo...

No sé si el primer mendigo lo haría adrede o no, pero algunas veces es difícil poner otra cara, sólo puedes poner la que te sale de dentro.

Me alegra vovler a leerte

Que disfrutes de estos días

Nos vemos

Asmahan Medinet® dijo...

La sonrisa siempre abre puertas...FELIZ NAVIDAD!! (que no te hagan trabajar mucho).

Un abrazo y un beso enormes

Anónimo dijo...

Yo creo que el segundo invita más a la ayuda porque su papel es activo. Él crea música, deleita; nosotros le pagamos. El primer mendigo me conmueve más, y no hubiese deseado que su actitud fuese distinta, por cruel que pueda parecer mi pensamiento.

N e j s r e t dijo...

A mí lo que a veces me pasa cuando veo gente tan desesperada, es que no me lo creo. Me parece que le ponen demasiado cuento y "pienso mal".
Sin embargo, cuando veo un músico, alguien que canta, que hace malabares, que está dando algo de sí mism@ a los demás, me llega al corazón; y creo que estos sí se merecen la moneda.