Amores Inconfesables

La primera vez que la vi poseyendo el cuerpo de esa mujer me quedé sin aliento, me conmovió de tal forma, que deseaba intensamente ser ella.

Aun era una niña, esas cosas no eran para niñas y sólo pocas mujeres se atrevían a hacerlo abiertamente, pero sentía una enorme atracción por esos golpes desenfrenados, la poderosa sensualidad de sus formas y los movimientos sutiles y sugestivos de su ligera silueta.

Crecí con ese amor inconfensable que incendiaba mi corazón y frente al espejo intentaba dibujar lo que se quedaba grabado en mi mente y traducía a mi cuerpo en los mejores momentos de mis recuerdos.

Sentía que no podía seguir ocultando mi fascinación por ella, era demasiado perfecta y hechizante como para seguir negando que la amaba y debía ir en serio.

Tengo que confesar que cuando siento cerca su magia, mi cuerpo habla solo y es una sensación que sólo ella provoca cuando entra en mí.

Con la música esos sentimientos se intensifican, pues cada melodía me grita que siempre estará ahí y que si nada lo estropea, seguiremos juntas para siempre.

¡Declaro abiertamente que estoy enamorada de la Danza Oriental!

Dejaré mi cuerpo en tus serpenteantes brazos, que cada darbuka acaricie suave y salvaje mis caderas, que los violines toquen sugestivamente mi pecho, que en cada trance (Zaar, Ayub) se intensifique nuestra relación, proporcionándome eternamente: etéreos orgasmos musicales…

Siempre tuya...

Haciendo las paces

Esta reflexión surge como consecuencia de una entrada del blog de las abejitas (Dentro de la Colmena), trabajo se llama el post, a raíz de escuchar y leer lo publicado, me sentí redimida, pues habiendo hecho una carrera universitaria, estudiando idiomas (esto porque me encantan, no por rellenar mi currículo), me sentía inmensamente culpable por no encontrar felicidad en ello.

Huía como el diablo a la cruz de la danza, abandoné mis cuadernos, trozos de papel con escritos y relatos, porque eso no aseguraba ningún éxito financiero, tanto así que corte mi larga melena para confirmar mis votos de divorcio con la danza oriental, abortaba las creaciones que surgían en formas de palabras, evitando la posibilidad de enamorarme más de las letras.

Todo esto porque yo tenía que aplicar los conocimientos de la universidad, tener un trabajo exitoso y todas esas cosas que se suponen son las correctas….

Hasta que un día casi me intoxico con mi propio veneno: la amargura!!

Así que decidí regresar a clases de danza oriental, ese reencuentro fue maravilloso! Me cambió todo, resucitó mi creatividad, me quité la sonrisa falsa y se quedó la eterna, esa, que aunque no se vea la llevas clavada al alma!

Ahora trabajo con un horario muy flexible, voy a danza oriental, escribo hasta que mis dedos se paralizan, leo hasta cerrarme con el libro y abrirme en miles de historias en cada momento vivido.

El baile avanza, mi felicidad crece, y mi pelo crece!!

Me ensordecen las carcajadas de mi alma…

Ella,Yo...

Ella, la que guardaba sus recuerdos en una cajita amnésica e inútil, rompiendo con ira las cartas de amores febriles con duración de una esquina.

Se fue quedando sin memorias, aprendiendo a recordar lo que se vive en el instante y no se repite jamás.

Ella, la que besaba con frenesí y ansías su mano, para descubrir torpes besos y ahogarte en lujuria.

La que bajo el silencio de sus sábanas secaba la humedad del deseo, para ser la diosa que galopa salvaje tus caderas.

Esa que espera ser rociada de ti, donde todas las vidas comienzan…

Nuestras histerias

Taciturna y tímida, a la espera de que una carga extenuante de trabajo y cansancio se presentaran, para así poder dar sus primeras señales de existencia.

Apenas se percibía dentro de tanta perfección, la vanidad y la presunción siempre fueron su mejor arma preventiva.

A pesar de todo eso, rompiendo con insolencia todos los rituales de belleza acostumbrados, con esa gallardía típica de los que se atreven por primera vez, decidió salir.

Un grito aterrorizante petrificó el universo, sí, allí estaba: su primera VARIZ!!!

Fragmento de uno de mis relatos

Tras todo un viacrusis de esperanzas infundadas y rotas, la mente agotada de tanto pensar y el cuerpo atolondrado de caminar sin más... Una caminata que sólo nace cuando sabes con mucha certeza que ya nada más volverá a emerger de ti misma, y que sólo por una vez y eternamente verás cumplidos esos anhelos de ver el mundo con color,y borrar las imágenes insípidas de una ciudad que no tiene alegría, que colorea su tristeza con el insoportable descaro de aquellos que sonríen cuando desean morir.

Es justo cuando dejo mi mente en blanco, y viene a ella la imagen serena de mi misma sentada en el parque, ¡con una sonrisa verdadera!, de esas que sólo se dibujan cuando estás viendo color, ¡mucho color!

Un color más intenso que el de los furiosos hilos de sangre que escupían con rabia mi venas, al contacto con la plata de una sumisa navaja.

Situaciones desconcertantes

Como suelo tener las mañanas libres, se me ocurrió, como un medio para aumentar mis ingresos, buscarme algún trabajo de media jornada, y de este modo ocupar el único tiempo libre que me queda.

Me puse en marcha a redactar mi anuncio en todos los portales de anuncios gratuitos que pude: que buscaba empleo por las mañanas, que era responsable, que tenía experiencia en muchas cosas, bla, bla, bla y todo eso que se pone para venderse uno sin esfuerzo.

¡Nunca imaginé lo que vendría! al día siguiente mi móvil se revolucionó, empezaron a llamarme de todos lados, con ofertas de todo tipo, desde comercial, hasta...hasta...¡PUTA! actriz de cine porno, desnudo "artístico", jejejejeje, todos menos nada que valiera la pena. Les juro que si me hubiese ofrecido en el mercado del sexo, no habría tenido tanto éxito!

Me quedé tan desconcertada, no sé qué tienen estas personas en la cabeza, ¿Por qué te llaman para este tipo de trabajos, cuando estás buscando algo en serio? No tengo respuesta a esta pregunta, pero ahora entiendo porque cada día hay más mujeres en paro!!

Y cuando pensé que todo había acabado....un depravado sexual llamaba como poseso!! al final apagué el móvil, borré los anuncios y mandé todo a la mierda, me quedo con mis mañanas libres.

Mi debut como bailarina

Tras varios meses luchando con el miedo escénico, bailar ante público el viernes pasado, supuso para mi el inicio para romper con todas las barreras que me impedían evolucionar en la danza.

Confieso que al bailar temblaba, no dejé de sonreír en ningún momento, puesto que me declaro enamorada de esta danza y de la música. Interpreté dos canciones, ambas de Hakim, porque el dueño del lugar me pidió canciones marchosas.

Aplausos, nervios, miradas que juzgan, pero sobretodo decepción al finalizar la noche, las palabras del "señor del local" sin duda me hirieron profundamente, pues levantaron viejas cicatrices. Me dijo: "Tienes un baile muy bonito, elegante y que gusta a los árabes, pero en este local tengo más público occidental y tus caderas son algo grandes....! te llamaré si logras reducirlas".

Hijo de....!!!!! me dieron ganas de matarle, pero me contuve, porque aun en aquellos tiempos en los que mis huesos amenazaban con salirse, siempre tuve caderas generosas, no les daba mayor importancia, me hacían distinta y no pienso volver a aislarme del mundo en busca de un cuerpo que ya no tendré.

Lo que me queda muy claro es que en ese sitio no bailo nunca más, ni con caderas, ni sin ellas!