viernes, 8 de agosto de 2008

Para no envejecer...


-¿Qué edad tienes?

-26

-¡Por Dios! No te daba más de 22! ¿Cómo lo haces?


Tras este diálogo, me dispuse a indagar en aquello, ya que siempre se repetía lo mismo con el tema de mi edad.

Conjeturé en un batiburrillo de posibilidades, que pudieran ser las causantes de mi estado pueril; Y ciertamente, muy poco he cambiado desde que salí del colegio.

No me obsesiona la vejez, ni temas relacionados, aunque como toda mujer, tengo mis manías y rituales.

No hay secretos, ni emulaciones vanguardistas a un Dorian Gray eterno y perfecto, pero creo firmemente que mi excesiva parsimonia y restar importancia a lo que supuestamente la tiene, son en parte el mejor aliciente para una vida más longeva y relajada.

Y esto no es broma: dormir!! descansar todo lo que se pueda, sin dejar de disfrutar, también: todo lo que se pueda!!!

Y tú.. ¿Tienes algún ritual??

6 comentarios:

Nel dijo...

Al ver tu comentario no relacioné tu nombre contigo, así que me extrañé un poco, y cuál fue mi sorpresa al perseguirte y descubrir que eres tú... me alegra muchísimo que hayas vuelto, y desde mi corazón te dedico una gran fiesta de bienvenida.
Tu nomre real, Anya, me parece un nombre precioso, creo que nunca te lo había dicho. Me alegra que ahora te muestres más tú que antes.
Como dices, la literatura forma parte de nosotras, y esa pasión de alguna manera conlleva sacrificio, pero es un sacrificio que nos hace felices.

Lo de la edad a mí también me pasa bastante, tengo 25 y a veces ni siquiera me hacen 18...
Mi secreto creo que es conservar el alma joven, como el de una niña que mira con ojos de sorpresa el mundo que le rodea, siempre asombrándose ante todo, riendo por tonterías, haciendo un poco el "loco"...
Por lo demás: yo fumo, duermo bastante mal, soy súper nerviosa y ansiosa, y como sabes mi alimentación no es precisamente un ejemplo de dieta saludable... así que creo que mi secreto está en mi espíritu más que en lo que me cuido.

Un abrazo bien fuerte.

Anya dijo...

Gracias amiga por tus hermosas palabras!! Y sí, ahora me muestro más yo, a lo mejor es porque siento más intimidad y que esta vez mi casa es más acogedora, jejeje, has visto? remodelé casi todo!!
Te he visto en fotos y te ves mucho más niña! en tu momento te lo dije. Comparto contigo lo de sentirme niña, hacer el loco y sentirse joven de corazón, aunque de nerviosa nada....soy lentísima!! y adoro dormir... bueno preciosa, nos seguimos leyendo, un beso!

Asmahan Medinet® dijo...

A mi también me echan menos edad de la que tengo. En mi caso le puedo dar las gracias a mi herencia genética. Tampoco le doy importancia a los años y soy bastante perezosa para ponerme muchos potingues, pero reconozco que sin una hidratante no puedo pasar. Comparto contigo en que la tranquilidad con que uno se tome la vida y poder descansar las horas necesarias, son la clave para mantenernos jovenes por más tiempo. Sobre todo, la alegría de vivir y de seguir descubriendo nuevas cosas. :-)

Besos!

Anónimo dijo...

"ni emulaciones vanguardistas a un Dorian Gray eterno y perfecto"


Me acabas de recordar una de las últimas veces que consulté el catálogo de la biblioteca. Buscaba a Jane Austen. O a Carroll. Qué importa. Tuve que borrar. Estaba escrito (por un amante de los idiomas). "El retrato de Dorian GrEy". Y reí.




"Y ciertamente, muy poco he cambiado desde que salí del colegio."


La edad que nos imaginan depende de la vida que llevamos. Y de nuestra manera de pensar. Y de hablar.

Anya dijo...

Asmahan: Olvidé mencionar que tmabién está la bendita herencia genética de mi madre!! es divina! jejeje.Yo soy algo perezosa para los cuidados, pero me confieso adicta al filtro solar!! hidratante? :S eso sí no lo uso, aunque ya es hora en que debería no?? besitos!!!!

Nyama: Que bueno, lo del amante de los idiomas! adora esa ironía!
La forma de hablar y pensar, muchas veces nos delatan, ya sea para bien o para mal... yo casi siempre termino metiendo la pata... :(, besos!

N e j s r e t dijo...

Dormir, ser bastante despreocupada, reír, el chocolate y los pequeños placeres de la vida, no pensar en el futuro (pero sí en pasado mañana).